La cocina del pensamiento
Aunque un banquete es una invitación formal
al exceso tanto en el comer como en el beber,
hay sin embargo algo en él,
que apunta a un fin moral más allá del puro placer físico,
pues brinda la ocasión de hacer que un grupo de
gente pueda conversar mutuamente
durante un largo tiempo. KANT
La elección de los platos era un momento esperado para Kant: nada demasiado sofisticado, la carne bien hecha, buen pan y buen vino eran su menú preferido. Le gustaba mucho la mostaza y la mantequilla, con la que aderezaba las verduras y las carnes. No obstante, su plato preferido era el bacalao. Durante su juventud prefirió el vino tinto, luego se pasó al blanco. Le gustaba comer pausadamente y, cuando el plato le gustaba, pedía la receta. Es de suponer que lo hacía para que alguien algún día se lo pudiera preparar, porque él no cocinaba. Tampoco tenía reparos en criticar la comida cuando no era de su agrado. Hippel decía que tarde o temprano escribiría una Crítica del arte de cocinar.
El bacalao ... en la forma en que lo presentamos ofrece un modelo de su pensamiento sintético, ya que reúne en un solo plato dulce (miel) y salado (bacalao)
Del libro "La cocina del pensamiento" de Josep Muñoz Redón.
Ingredientes:
- 4 trozos de bacalao bien desalado
- 60 grs. de harina
- 1/4 de l de crema de leche
- 4 cucharadas de miel
- 125 grs. de hojas de espinacas
- Piñones y uvas pasas ( Nosotros hemos puesto una mezcla de frutos secos troceados.)
- Queso rallado
- Aceite de oliva virgen extra
- Laurel, nuez moscada y sal
Se hierven las espinacas y se escurren bien. Se cortan y se sofríen en una sartén con aceite, acompañándolas con piñones y uvas pasas. Se reservan.
(Nosotros las hemos rehogado en sartén con un chorro de aceite de oliva y añadido el picado de frutos secos)
A continuación hay que escaldar el bacalao desalado en una cazuela con agua y la hoja de laurel puesta a fuego suave, hasta que empiece a hervir; entonces, apartarla del fuego y dejarla tapada durante 5 minutos.
Sacar el bacalao de la cazuela y escurrir el caldo de la cocción, que reservaremos para más adelante.
En un cazo, poner aceite a calentar e incorporar la harina. Añadir 3/4 de l del agua que hemos utilizado para escaldar el bacalao, así como la crema de leche y la miel. Calentar la mezcla; cuando hierva, añadir la nuez moscada y una pizca de sal (si procede) y dejar reducir.
En una fuente apta para ir al horno, verter la salsa y encima las espinacas, el bacalao, un poco más de salsa y el queso rallado. Gratinar y servir caliente.
Enigma para la sobremesa:
Tenemos seis bolas de billar colocadas alternativamente (roja, blanca, roja, blanca, roja, blanca); hay que conseguir que todas las blancas queden a la izquierda, seguidas de las rojas a la derecha, o viceversa. Para ello, sólo se pueden mover las bolas de dos en dos, cogiendo bolas adyacentes sin cambiarlas de orden y colocándolas en un sitio vacío. Solamente son necesarios tres movimientos.
La solución en próxima receta.
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